Cuidar y mantener el granito en buen estado resulta esencial para preservar su belleza y funcionalidad. Durante más de 20 años, las encimeras de granito se han considerado una opción popular debido a su durabilidad y elegancia. Sin embargo, incluso los materiales más resistentes pueden sufrir daños con el tiempo. Entender cómo evitar errores comunes al repararlo puede ahorrarte tiempo y dinero.
El primero de los errores frecuentes es el de precipitarse al usar productos no adecuados. El granito es una roca ígnea compuesta principalmente por cuarzo, feldespato y mica. Debido a esta composición, el empleo de limpiadores abrasivos o ácidos puede dañar su superficie, opacándola de manera irreversible. Productos con un pH neutro, específicamente diseñados para piedra natural, ofrecen la mejor protección. Gastar unos 20 o 30 euros en un buen limpiador específico realmente hace la diferencia a largo plazo.
A veces, las personas piensan en llenar pequeñas grietas con cualquier tipo de resina o sellador. Aquí es donde aparecen problemas mayores. Los materiales específicos para granito, como ciertas resinas epóxicas, poseen propiedades similares a las del granito en términos de expansión y resistencia a las manchas. Empresas especializadas en el sector de piedras naturales, como Cosentino y Levantina, recomiendan productos de calidad comprobada para garantizar la longevidad de las reparaciones.
Una experiencia personal ilustra la importancia de actuar con precaución. Piensa en aquel vecino que decidió reparar su encimera utilizando un sellador de silicona común, pensando en ahorrar unos pocos euros. Apenas unos meses después, el efecto de deterioro volvió a notarse, y el arreglo casero requirió posteriormente la intervención de un profesional, resultando en un costo mucho mayor.
Cuando te enfrentas a la restauración del granito, una buena práctica es estudiar las especificaciones técnicas de los productos que usarás. Por ejemplo, el valor de Mohs, que mide la dureza del material, puede ser una guía útil: el granito tiene un valor de aproximadamente 6 a 7, mientras que el mármol, más blando, ronda el 3 a 4. Así, comprender estos parámetros te permite elegir el tratamiento adecuado y evita el uso de materiales que podrían resultar dañinos.
Otro consejo valioso es considerar el uso de protectores. Aunque muchos piensan que solo deberían aplicarse al mármol o a piedras más porosas, el granito también se beneficia de estos productos. Un recubrimiento protector cada uno o dos años puede prevenir la absorción de líquidos que causan manchas difíciles de remover. Un buen protector te costará cerca de 40 euros, pero su capacidad para evitar daños serios justifica el gasto.
Una última recomendación personal: nunca subestimes el valor de la experiencia profesional. Si dudas de tus habilidades para llevar a cabo una reparación adecuada, contratar a un experto puede ser una inversión sabia. Los profesionales suelen cobrar una tarifa por hora, pero su conocimiento y la garantía de un trabajo bien hecho realmente resultan en una ganancia considerable. Además, podrías aprender observando su técnica, ganando confianza para futuros arreglos menores.
Dado todo lo anterior, tratar adecuadamente tu superficie de granito no solo mantiene su apariencia impecable, sino que también prolonga su vida útil, asegurándose de que continúe siendo un elemento central de tu espacio. Para más detalles sobre cómo realizar un arreglo efectivo, consulta esta fuente confiable sobre reparar granito.